Las Fotikos: cada fotografía cuenta una historia

Balcón de la Taconera. Crédito: Luisa
Pamplona mantiene un idilio con el arte de la fotografía desde que llegó a nuestra ciudad, a mediados del siglo XIX, con los primeros daguerrotipos. En 1858, el fotógrafo francés Jean Laurent inmortaliza la vieja Iruña, capturando su casco histórico y murallas.
A finales del siglo XIX y principios del XX, la fotografía se popularizó en Pamplona, surgiendo los primeros estudios profesionales. Zubieta y Retegui retrataron la vida cotidiana y eventos importantes de la ciudad. Más tarde Carlos Cánovas, nacido en 1951, sería reconocido por su trabajo documental sobre el paisaje urbano, con un enfoque reflexivo sobre la memoria y el tiempo.
La ciudad también ha atraído a fotógrafos internacionales, especialmente por los Sanfermines. Inge Morath, primera mujer en la agencia Magnum, y Henri Cartier-Bresson documentaron la fiesta en los años 50. Más recientemente, Jim Hollander ha capturado impactantes imágenes de los encierros.
Ahora Pamplonews nos invita a participar en su iniciativa “Las Fotikos”, un reto fotográfico semanal que abre a los lectores la posibilidad de emular a Robert Doisneau, compartiendo sus propias instantáneas de Pamplona. Gracias a la democratización de la fotografía a través de la cámara integrada en el móvil, la poesía de un momento mágico puede ser capturada con relativa facilidad.
Así, Candela, en su instantánea “Caminos”, nos muestra un puente en la oscuridad, en una atmósfera onírica y de misterio que convierte Pamplona en un rincón digno de Twin Peaks.
Otra estampa cinematográfica nos la brinda Patx Black con “El árbol de Tim Burton, Colegio de Médicos”.
Juan Cruz Sesma, en “Luna Foral”, obtiene un genial trampantojo en el que parece que Rosa Oteiza, plausible modelo de la estatua del monumento a los Fueros, sostiene una pala de ping pong.
“Arco Iris”, de Luisa, capta la belleza del fenómeno óptico y metereológico posándose sobre el Palacio de Justicia, arrojando simpatía sobre el imperio de la ley.
Nereagsm captura la emoción de un momento de fe en que las cosas van a ir bien con “Una luz de esperanza desde la habitación del hospital”.
Ainara parece entrar en un diálogo artístico, inmortalizando el Parque Yamaguchi, transmitiendo “Barealdia/Calma”. El arte como terapia, como proponía Alain de Botton.
Para quienes vivimos lejos de Pamplona resulta especialmente emocionante contemplar estas imágenes compartidas por los lectores de Pamplonews. Así, “Media Luna amarillenta”, de Marta González, me teletransporta a los inviernos de mi infancia, corriendo con mis katiuskas entre las hojas caídas, al igual que Luisa me recuerda mis visitas a los ciervos en “Balcón de la Taconera”.
Son tan sólo algunas fotografías espigadas, que a modo de epifanías visuales, iluminan verdades profundas sobre Pamplona y sus ciudadanos.
En definitiva, esta iniciativa muestra que la fotografía es una poderosa herramienta para documentar la vida cotidiana en Pamplona, permitiéndonos ahondar en las múltiples manifestaciones que conforman la identidad de nuestra ciudad, tantas como ciudadanos dispuestos a inmortalizarlas con sus cámaras, creando así un archivo visual a modo de narración colectiva que refleja la belleza cambiante de Pamplona, incentivando nuestra creatividad a la vez que el sentido de pertenencia.
Y es que como cantaba Rod Stewart, cada fotografía cuenta una historia.
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