Patxi Irurzun, palabras con acento de barrio
Patxi Irurzun, escritor, periodista y bibliotecario, es un verdadero “pamplonauta” que explora y narra la Pamplona más auténtica, combinando ternura y rebeldía para mostrar con honestidad la vida cotidiana y dar visibilidad a quienes habitan los márgenes, recordándonos que las mejores historias nacen en casa.

Patxi Irurzun. Fotografía cortesía de Patxi Irurzun. Crédito: Malen Irurzun
Patxi Irurzun sería un buen maldito si no fuera tan majo. Lleva décadas garrapateando historias en su trinchera, situada ahora en un punto x del municipio de Sarriguren. Heredero de Bukowski, se mueve bien en los márgenes cenagosos que otros no quieren mirar, donde late la verdad y la vida. Escritor, periodista y cronista de lo cotidiano, su obra combina la ternura y la rabia, el humor y la denuncia, lo local y lo universal. Patxi, además es bibliotecario en Ultzama desde hace 8 años, donde además lleva la programación cultural.
Con más de una veintena de libros publicados —entre novelas, cuentos, diarios y literatura infantil—, ha hecho del lenguaje una herramienta para contar la vida con autenticidad, dar voz a quienes pocas veces la tienen y recordarnos que las buenas historias no siempre vienen de lejos. A veces están a la vuelta de la esquina.
Su último libro, Cholita voladora marciana (Pepitas de Calabaza, 2025), es una distopía gamberra ambientada en una Pamplona convertida en parque temático sanferminero. Allí, la joven mestiza Samy sobrevive en los suburbios bajos, lucha en combates amañados y se enfrenta a las grietas de un mundo corrupto. A través de su viaje, Irurzun denuncia el racismo, la violencia machista, la extorsión y el auge autoritario, todo envuelto en un tono tan corrosivo como imaginativo.
Una vez más, desde su Pamplona más personal y combativa, Irurzun nos lanza una pedrada literaria para que no dejemos de mirar donde otros prefieren no hacerlo.
1. ¿Cuál es el plato, pintxo o producto de Pamplona que más extrañas y que primero comes cada vez que vuelves?
No suelo alejarme tanto tiempo de Pamplona como para echar nada de menos, pero si tengo que elegir un pintxo, el frito de huevo del Río. Y un producto típico poco conocido fuera de aquí, el relleno, me encanta.
2. ¿Cuál es tu rincón o “cosica” de Pamplona que más te gusta y por qué?
La calle Dormitalería me parece un remanso de paz, en medio del Casco Viejo, a veces hasta le saco fotos, porque no es raro caminar a solas por ella. Y el Puente de la Magdalena: cuando vivía en la Txantrea y bajaba de lo viejo andando al llegar allí, me sentía como más seguro, en casa.
3. ¿Qué le dices a alguien que no conoce Pamplona para convencerle de que visite la ciudad?
Yo creo que es un buen ejercicio conocer Pamplona un día o dos antes de sanfermines y el día del txupinazo,, ver esa transformación, esa esquizofrenia que creo que nos define muy bien.
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